Hilda García
19/10/2012 - 12:03 am
Ahora resulta…
Ahora resulta que Elba Esther Gordillo, la líder vitalicia de los maestros mexicanos, acusó a las madres trabajadoras de abandonar la educación de sus hijos por salir a laborar. Sí, así. Tal cual. Ella siendo mujer y siendo trabajadora (al menos se dedica a representar a los profesores y profesoras) no muestra un ápice de […]
Ahora resulta que Elba Esther Gordillo, la líder vitalicia de los maestros mexicanos, acusó a las madres trabajadoras de abandonar la educación de sus hijos por salir a laborar. Sí, así. Tal cual. Ella siendo mujer y siendo trabajadora (al menos se dedica a representar a los profesores y profesoras) no muestra un ápice de respeto, sentido común o de solidaridad.
De acuerdo con Elba Esther, cuando la mujer tuvo que compartir la responsabilidad del ingreso familiar, no sólo impactó en el deterioro individual sino en el de la sociedad.
“El abandono de la madre en la formación de los hijos, convirtió a las escuelas en guarderías juveniles, a los maestros en solidarios responsables de la educación, y vació de contenido educativo y de convivencia humana, enormes cantidades del tiempo familiar, el cual fue ocupado por el excesivo consumo de la televisión chatarra y el abusivo uso de instrumentos lúdicos envueltos en ropajes de tecnología, también chatarra”, así escribió la profesora en una carta pública defendiéndose de las críticas a su liderazgo en el sindicato del magisterio.
Provengo, al igual que muchísimos mexicanos, de familias donde la madre salió a trabajar para mantener a los hijos. Y aún dentro del tiempo que le consumía a mi madre el trabajar como secretaria, vender enciclopedias y preparar gelatinas, se daba el tiempo de preguntarnos cómo nos había ido en la escuela, revisar las tareas y hasta sentarnos frente a la televisión para “ver momentos históricos” cuando había una noticia importante. De ahí mi deseo de ser periodista y querer registrar siempre en la memoria y en las conversaciones los hechos que afectaban la vida de miles de personas.
Es común de muchos padres decir que el único legado heredado es la educación, así que bajo esa consigna y el esfuerzo, sobre todo de las madres, habemos un sinnúmero de profesionales que estudiamos entendiendo que es la única manera de poderse abrir camino, mantenerse, sobrevivir.
Pero ahora resulta que la profesora y ya “socióloga” ha determinado que son esas madres de familia las responsables del fracaso en el modelo educativo y social. Las responsables de que no haya empleos bien remunerados y de los famosos “ninis” tan mencionados en los medios y tan poco considerados en los planes de gobierno y empresas para ofrecerles una oportunidad laboral. Y no sólo queda ahí… las madres trabajadoras son las responsables de que el gobierno mexicano ¡no pueda dar la mínima garantía de seguridad!
Ahora resulta que también son las madres trabajadoras las “culpables” del fracaso de la seguridad nacional. En su carta lo explica la profesora de manera casi tragicómica, pues si esa es su manera de entender el mundo y de liderar a los maestros, podemos comprender ahora las razones del fracaso educativo en México que poco tienen que ver con sus argumentos.
No dudo que haya alumnos que llegan tarde a las escuelas, no dudo que haya padres que quieran “dejar al 100 por ciento la responsabilidad de la educación de sus hijos en un profesor”, pero de eso a que las madres (que nunca menciona a los padres) sean las responsables de la mala educación del país, de la falta de valores y hasta de la inseguridad nacional, definitivamente no tiene ningún sentido.
“Ello nos remite a reflexionar lo que implica y seguirá implicando, la desvalorización que la sociedad ha experimentado en las últimas décadas y que hoy se materializa en formas diversas, dramáticas, como son los homicidios múltiples, el incremento en las adicciones, el trágico aumento del número de “ninis” o el fracaso del Estado para garantizar la seguridad”, añade en su texto “La formación de valores en el México del siglo 21”.
Lo peor de todo es que este sentimiento o idea de funcionamiento de una sociedad prevalece en políticos conservadores. La tradición republicana en Estados Unidos, por ejemplo en el mismo candidato a la Presidencia, Mitt Romney, no sólo es antiimigrante, sino que también es medio misógino o misógino y medio.
Para él, el problema de la inseguridad y de la violencia en México y en Estados Unidos no está en el tráfico de armas o en la venta misma de estas máquinas de guerra, sino en que las madres de familia no saben educar a sus hijos en material de sexualidad, pues todo se reduce a tener más o menos hijos ¡y la responsabilidad es de las Madres que salen a trabajar!
Y yo me pregunto… en todo esto ¿dónde están los padres? ¿Están ausentes de la responsabilidad o de sus casas? ¿Cuál es es el rol que estos políticos le dan en la sociedad o en la familia?
A la vez, ¿qué rol cumple el Estado? Si la función del Estado y de la administración pública es garantizar la educación y la seguridad nacional… ¿También es responsabilidad de las madres de un Presidente o de todo su gabinete, incluidos los líderes sindicales? En vez de valorar el esfuerzo de las mujeres trabajadoras, para quienes ha costado reivindicar sus dobles jornadas laborales, para quienes incluso cobran menos que un hombre en un trabajo, ahora se les responsabiliza de los errores de políticas públicas y del fracaso educativo de todo un país. Un país que ha perdido liderazgo en la política internacional, que le da el poder a la “profesora” y a la empresa Televisa como educadoras y que ha descendido en niveles de calidad en la la competitividad. Y todo, según Elba Esther, por las madres trabajadoras. Pues eso, me parece, sí es tener muy poca madre… y no trabajadora.
¿Por qué mejor, en vez de que la profesora en pleno siglo XXI deje de arremeter contra la familia diciendo: “Sin familia no habrá comunidad y sin comunidad no habrá respeto, ni tolerancia, ni convivencia posible”, no cambia al sujeto de su frase y considera que “Sin educación no habrá comunidad y sin comunidad no habrá respeto, ni tolerancia, ni convivencia posible”?
Nuestras familias son familias del esfuerzo. Nuestra generación de clase media ha vivido en crisis desde los 70 y no terminamos de salir de ella haciendo todos los esfuerzos por mantenernos, por educarnos, por ser mexicanos que aporten a la sociedad.
Así que ahora, además de pagar impuestos tenemos que cumplir el rol del Estado. Pues los siento… para eso sí no nos educaron nuestras sabias madres.
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